BIM y Vivienda Social: Una Pareja que Está Dando Resultados

Hablar de vivienda social es hablar de urgencias, de calidad de vida, de eficiencia en la inversión pública. Y en este contexto, la metodología BIM (Building Information Modeling) ya no es un lujo ni una moda: es una herramienta probada que permite construir mejor, más rápido y con menos errores. No lo decimos sólo nosotros; lo dicen los datos.

Resultados que Valen Más que Mil Planos

Un estudio internacional publicado en 2025 analizó diversos proyectos habitacionales implementados con BIM. ¿El resultado?

  • Reducción de plazos en un 20%

  • Disminución de costos en un 15%

  • 30% menos errores de diseño

  • 25% menos solicitudes de información durante obra

Y no es que se haya alineado el feng shui del proyecto. Es que trabajar con un modelo digital centralizado, donde todos los equipos colaboran desde el diseño, permite detectar interferencias antes de llegar a terreno. Se ahorra tiempo, materiales… y unos cuantos dolores de cabeza.

En América Latina, los números también hablan por sí solos:

  • El 79% de las empresas que usan BIM reportan menos conflictos en obra.

  • Un 77% nota menos errores en la documentación técnica.

  • Y un 73% asegura que ha logrado reducir retrabajos en sus proyectos.

Además, el 99,5% de las empresas encuestadas considera que BIM agrega valor, y 2 de cada 3 obtienen un retorno positivo de su inversión. No hay muchos métodos constructivos que puedan presumir de esas cifras.

Prefabricación + BIM:  Eficiente y Preciso

En Chile, esta tendencia se ha alineado con la creciente industrialización de la construcción, especialmente en el marco del Plan de Emergencia Habitacional. El uso de módulos prefabricados coordinados previamente mediante modelos BIM detallados ha permitido acelerar tiempos de ejecución sin sacrificar calidad. Un engranaje perfecto entre precisión digital y fabricación eficiente.

Operación y Mantenimiento: El Valor que Dura

Uno de los aportes menos visibles (pero igual de importantes) de BIM es su capacidad para gestionar el ciclo de vida de las viviendas. Gracias a lo que hoy se conoce como gemelos digitales, los proyectos habitacionales pueden tener modelos ricos en datos: desde instalaciones eléctricas hasta historial de mantención de artefactos.

Esto no solo mejora la operación, sino que permite tomar decisiones con base en información real y actualizada. Un caso europeo, por ejemplo, digitalizó 13.000 unidades habitacionales y logró:

  • 50% de ahorro en tiempos de entrega

  • 18% menos en costos globales del proyecto

Además, los residentes pudieron recorrer sus futuras viviendas en recorridos virtuales, entender cómo están construidas y participar más activamente en el proceso.

Conclusión: Más que Modelos, Resultados

En síntesis, BIM no sólo mejora la planificación y ejecución de la vivienda social. También eleva los estándares de mantenimiento, transparencia y control de calidad. Y si bien todavía existen desafíos –capacitación, actualización normativa, acceso a tecnología–, los resultados ya no son promesas. Son realidades que están transformando la forma en que construimos ciudad.

Y si aún hay quienes dudan, quizás sólo necesitan mirar el próximo conjunto habitacional bien modelado, mejor construido… y entregado a tiempo.


Fuentes: